martes, 12 de abril de 2011

Dictadura militar (un resumen de lo que paso)



La dictadura militar en Argentina 
24 de marzo de 1976 - 10 de diciembre de 1983 
El 24 de marzo de 1976 ocurrió lo que muchos esperaban: Isabel Perón fue detenida y trasladada a Neuquén. La Junta de Comandantes asumió el poder, integrada por el Teniente Gral. Jorge Rafael Videla, el Almirante Eduardo Emilio Massera y el Brigadier Gral. Orlando R. Agosti. Designó como presidente de facto a Jorge Rafael Videla. Dispuso que la Armada, el Ejército y la Fuerza Aérea compondrían el futuro gobierno con igual participación. Comenzó el audodenominado "Proceso de Reorganización Nacional". 

José Martínez de Hoz fue designado ministro de Economía y, el 2 de abril, anunció su plan para contener la inflación, detener la especulación y estimular las inversiones extranjeras. 

La gestión de Martínez de Hoz, en el contexto de la dictadura en que se desenvolvió, fue totalmente coherente con los objetivos que los militares se propusieron. 

Durante este período, la deuda empresaria y las deudas externas pública y privada se duplicaron. La deuda privada pronto se estatizó, cercenando aún más la capacidad de regulación estatal. 

Con ese clima económico, la Junta Militar impuso el terrorismo de Estado que, fuera de enfrentar las acciones guerrilleras, desarrolló un proyecto planificado, dirigido a destruir toda forma de participación popular. El régimen militar puso en marcha una represión implacable sobre todas las fuerzas democráticas: políticas, sociales y sindicales, con el objetivo de someter a la población mediante el terror de Estado para instaurar terror en la población y así imponer el "orden", sin ninguna voz disidente. Se inauguró el proceso autoritario más sangriento que registra la historia de nuestro país. Estudiantes, sindicalistas, intelectuales, profesionales y otros fueron secuestrados, asesinados y "desaparecieron". Mientras tanto, mucha gente se exilió. 




Algunas acciones del nuevo gobierno: 

Suspende la actividad política 
Suspende los derechos de los trabajadores. 
Interviene los sindicatos. 
Prohíbe las huelgas. 
Disuelve el Congreso. 
Disuelve los partidos políticos. 
Destituye la Corte Suprema de Justicia. 
Interviene la CGT. 
Interviene la Confederación General Económica (CGE). 
Suspende la vigencia del Estatuto del Docente. 
Clausura locales nocturnos. 
Ordena el corte de pelo para los hombres. 
Quema miles de libros y revistas considerados peligrosos. 
Censura los medios de comunicación. 
Se apodera de numerosos organismos. 





La censura 

Comunicado N° 19, 24/03/76 
Se comunica a la población que la Junta de Comandantes Generales ha resuelto que sea reprimido con la pena de reclusión por tiempo indeterminado el que por cualquier medio difundiere, divulgare o propagare comunicados o imágenes provenientes o atribuidas a asociaciones ilícitas o personas o grupos notoriamente dedicados a actividades subversivas o al terrorismo. Será reprimido con reclusión de hasta diez años, el que por cualquier medio difundiere, divulgare o propagare noticias, comunicados o imágenes, con el propósito de perturbar, perjudicar o desprestigiar las actividades de las Fuerzas Armadas, de Seguridad o Policiales. (Diario "La Prensa", 24 de marzo de 1976). 





Los "subversivos" 

El término "subversión" englobaba a las organizaciones guerrilleras -prácticamente ya extinguidas en marzo de 1976- pero también a los activistas o simpatizantes de cualquier movimiento de protesta o crítica social: obreros, universitarios, comerciantes, profesionales, intelectuales, sacerdotes, empresarios y más... No hubo "errores" ni "excesos", sino un plan deliberado. (Historia Visual de la Argentina contemporánea, Clarín, El "Proceso" Militar). 





La guerra sucia 

La "desaparición" fue la fórmula más siniestra de la "guerra sucia": el "objetivo" era secuestrado ("chupado" por un comando paramilitar ("grupo de tareas" o "patota" donde, convertido en un número y sin ninguna garantía legal, quedaba a merced de sus captores. La desaparición de personas fue un programa de acción, planificada con anticipación, estableciéndose los métodos por los cuales llevarlo a la práctica: arrojando a los "desaparecidos" al Río de la Plata (previa aplicación de sedantes) desde aviones o helicópteros militares y en fosas comunes; fusilamientos y ocultamiento de cadáveres, sin ningún tipo de identificación. 





La represión ilegal 

La dictadura de 1976 completó y profundizó el esquema de persecución y exterminio que comenzara sistemáticamente con la Triple A, liderada por Lopez Rega. 
Distribución de desaparecidos según profesión u ocupación 

Obreros......................................................................................... 30,0% 
Estudiantes................................................................................... 21,0% 
Empleados.................................................................................... 17,8% 
Profesionales................................................................................. 10,7% 
Docentes....................................................................................... 5,7% 
Conscriptos y personal subalterno 
de las Fuerzas de Seguridad........................................................... 2,5% 
Amas de casa............................................................................... 3,8% 
Autónomos y varios........................................................................ 5,0% 
Periodistas.................................................................................... 1,6% 
Actores y artistas........................................................................... 1,3% 
Religiosos..................................................................................... 0,3% 

(Informe de la Conadep, Nunca Mas, Eudeba, 1984) 





La tortura 

Todos estaban incluidos en la categoría de "enemigos de la nación". La metodología implementada consistió en la desaparición de personas, las cuales en realidad eran llevadas a centros clandestinos de detención, operados por las FFAA., donde se los sometía a interrogatorios basados en tormentos físicos. 





Los campos de detención 

Se levantaron centros clandestinos de detención y torturas. En estos laboratorios del horror se detenía, se torturaba y se asesinaba a personas. Se encontraban en el propio centro de las ciudades del país, con nombres tristemente famosos, como la ESMA, el Vesubio, El Garage Olimpo, El Pozo de Banfield o La Perla. Existieron 340 distribuidos por todo el territorio. Locales civiles, dependencias policiales o de las propias fuerzas armadas fueron acondicionados para funcionar como centros clandestinos. Estas cárceles clandestinas tenían una estructura similar: una zona dedicada a los interrogatorios y tortura, y otra, donde permanecían los secuestrados. Ser secuestrado o "chupado", según la jerga represora, significaba ser fusilado o ser arrojado al río desde un avión o helicóptero. 





Los desaparecidos 

Debido a la naturaleza, una desaparición encubre la identidad de su autor. Si no hay preso, ni cadáver, ni víctima, entonces nadie presumiblemente es acusado de nada. (Amnistía Internacional, en su informe sobre la desaparición de personas por motivos políticos). 
Hubo miles de desaparecidos: la Conadep constató más de 9.000 casos. Los organismos de derechos humanos hablan de más de 30.000. 





Apropiación de chicos 

Además del secuestro de adultos, hubo un plan sistemático de apropiación de niños. Los niños robados o que las madres parían en los centros de detención fueron inscriptos como hijos propios por muchos miembros de la represión, vendidos o abandonados en institutos. 
Durante la dictadura, los militares consideraban que los hijos de los desaparecidos debían perder su identidad. Por eso los hacían desaparecer y los entregaban a familias de militares. Ellos pensaban que la subversión era casi hereditaria o que se trasmitía a través del vínculo familiar. De la misma forma que a los hijos de desaparecidos se intentó quitarles su familia, a la sociedad en general se intentó quitarle esos antecedentes que, como los padres de esos chicos, eran considerados subversivos. (Diario "Página 12", 10 de diciembre de 1995) 





La noche de los lápices (16/9/76) 

La operación conocida como la “Noche de los lápices”, que se desarrolló entre agosto y octubre de 1976, implicó el secuestro y desaparición de estudiantes secundarios de la ciudad de La Plata, que habían luchado en defensa de un boleto estudiantil. 





Madres de Plaza de Mayo 

El grupo Madres de Plaza de Mayo nació en 1977, integrado precisamente por madres de desaparecidos, cuya lista engrosaron también algunas de sus fundadoras. Se convirtieron en el más activo sector de oposición al gobierno. 





Desindustrialización 

La pequeña y mediana empresa fue sacrificada en el altar de la eficiencia, iniciándose un proceso de acelerada desindustralizacion, ante la imposibilidad de competir con productos provenientes del exterior. La aplicación de las recetas neoliberales no resolvió, sino que profundizó los problemas económicos. 





Especulación 

A comienzos de 1977, el ministro de Economía, José Martínez de Hoz, inició un experimento monetario, denominado "la tablita". Fue un sistema de devaluaciones preanunciadas que, sumado a la "ley de entidades financieras" de junio de ese año (que liberó el mercado de dinero y dio garantía estatal a los depósitos a plazo fijo), dio comienzo a la especulación o "bicicleta financiera". 





La plata dulce 

La dictadura implementó un plan basado en el liberalismo monetario, que era apoyado por bancos extranjeros y organismos internacionales. El funcionario encargado de cumplir el plan económico de los militares fue José Alfredo Martínez de Hoz. Puso fin al Estado intervencionista, a la protección del mercado interno y al subsidio a empresas. Se congelaron los sueldos. Dejó actuar al mercado libremente. Los resultados finales fueron desastrosos. Hubo un gran endeudamiento externo, las industrias quebraron y, al finalizar la dictadura, se desató la inflación. 





El conflicto del Beagle 

Las cuestiones limítrofes entre la Argentina y Chile estuvieron condicionadas por las circunstancias políticas imperantes en cada país. Bajo regímenes dictatoriales en ambas naciones, las diferencias fronterizas estuvieron a punto de derivar en una guerra abierta. En 1978, luego de que la Argentina rechazó el fallo arbitral británico, el conflicto por el Beagle alcanzó su punto más álgido. El 8 de enero de 1979, la Argentina y Chile firmaron el Acta de Montevideo, que sometía el entredicho a la mediación del Papa. Finalmente, la propuesta papal, conocida a través del cardenal Antonio Samoré, se dio a conocer el 12 de diciembre de 1980 y fue aceptada por la Argentina en 1984 después de una consulta popular no vinculante, en la que el "sí" al acuerdo se impuso por un amplio margen de votos. (Historia Visual de la Argentina contemporánea, Clarín, La Política Exterior) 





El Mundial '78 

El triunfo final de la selección argentina en el Mundial de Fútbol ha supuesto que la Junta Militar que dirige el Gral. Videla haya cubierto con creces los objetivos que se propuso al emprender la organización del campeonato. Durante 25 días, los problemas del país argentino han pasado a un segundo plano y el título mundial conseguido por su selección los mantendrá oculto por más tiempo aún. (Diario "El País", junio de 1978) 





1982: La guerra de las Malvinas 

En medio de la crisis política, económica y social del régimen militar, sorpresivamente el 2 de abril de 1982, tropas argentinas recuperaron las islas Malvinas. Tras frustrados intentos diplomáticos, la fuerza de tareas británica llegó al Atlántico sur y comenzaron las hostilidades. Con hitos como el hundimiento del crucero "General Belgrano" -que produjo 322 muertos- y del destructor británico "Sheffield", la guerra concluyó el 14 de junio, con la rendición argentina. La derrota marcó el derrumbe político del régimen. El regreso de los soldados arrojó luz sobre las sospechas de lo que habían padecido, sin los pertrechos y el entrenamiento suficientes para enfrentar a los británicos. Para defender las islas del ataque de ingleses bien entrenados y equipados, la junta militar procedió a reclutar jóvenes argentinos, sin instrucción militar, la mayoría de los cuales provenía de provincias pobres del interior del país. La derrota catastrófica de Malvinas y el conocimiento de la muerte de centenares de jóvenes argentinos (más de 600), deterioraron el frente militar, pero sobre todo, la reputación del ejército, al cual se consideró como mayor responsable del desastre.


EL GOLPE MILITAR DEL 24 DE MARZO DE 1976
Los primeros 3 meses de 1976, constituyeron un infiernos, estallaban bombas y se cometen numerosos secuestros y atentados. Mientras el gobierno de Isabel Perón actúa erráticamente cambiando ministros y haciendo declaraciones que nadie cree. El 24 de marzo Isabel Perón es detenida y trasladada a Neuquén. La junta de comandantes asume el poder y designa como presidente a Jorge Rafael Videla. Enseguida el gobierno toma medidas previsibles, y José Martínez de Hoz es designado ministro de economía, anuncia el 2 de abril su plan para combatir la inflación, detener la especulación y estimular las inversiones extranjeras.
Las organizaciones subversivas continúan con sus ataques armados. La represión que pone en marcha el régimen militar es implacable. Después de la muerte en combate de Juan Carlos Alsogaray, el dirigente de la ERP, la guerrilla de Tucumán queda aniquilada.
Pero esta acción no se limita a los integrantes de las organizaciones subversivas.
Grupos armados matan a 6 sacerdotes, en Pilar aparecen 30 cadáveres, desaparece el escritor Haroldo Conti y los exiliados uruguayos Gutiérrez Ruiz y Zelmar Michelini son asesinados. En La Plata se produce la llamada “Noche de los lápices”, brutal represión de estudiantes secundarios que sólo pedían un rebaja en el precio del transporte. Después del asesinato de dos sacerdotes de su diócesis muere en un sospechoso accidente, el obispo de La Rioja Enrique Angeleli.
Estudiantes, sindicalistas, intelectuales y profesionales son secuestrados y “desaparecen”. Mucha gente elige el exilio para evitar ser detenidos por grupos militares. El miedo domina la sociedad Argentina y el escritor Ernesto Sábato denuncia el apagón cultural que se cierne sobre el país.
Aparentemente se ha restablecido el orden. Un gobierno fuerte, una política económica coherente, un ambiente muy distinto al que reinaba en el caótico gobierno de Isabel Perón, pero con un gran costo.
AÑO 1977
Aunque las organizaciones guerrilleras cometen unos 600 atentados, el Erp que virtualmente aniquilado y se calcula que montoneros ha perdido al 60% de sus efectivos.
El ministro de relaciones exteriores, almirante Cesar Guzetti, es herido por un grupo subversivo. Se detiene a Ana María González por haber puesto la bomba que mato al jefe de la policía federal General Cardozo.
Ante estos acontecimientos, Mario Firmenich, máximo dirigente de la organización montoneros se instala en Roma, dejando en el país la orden de continuar la lucha armada .
Durante la visita de Videla a EEUU, el presidente Jimmy Cárter le transmite sus quejas por la violación de los derechos humanos y el presidente admite que se han cometido algunos excesos. En estos figuran la desaparición de Azucena Villaflor y de 2 monjas francesas. En plaza de Mayo comienza a aparecer un grupo de madres de desaparecidos caracterizadas por llevar un pañuelo blanco en la cabeza. Son las Madres de Plaza de Mayo, que pronto concitan atención internacional.
También se empieza a tomar conciencia de que el próximo mundial de fútbol se realizará en el país en 1978. El gobierno dedica muchos millones para dar la mejor imagen posible a los extranjeros que llegaran a Argentina con este motivo.
AÑO:1978
Entre el mundial y el Beagle.

El campeonato mundial de fútbol que comienza el 1 de junio y que se realiza en el país, es el acontecimiento excluyente del año. Bajo la alerta mirada del gobierno militar, la selección gana el primer título mundial el 25 de junio tras vencer a Holanda.
Antes en enero el gobierno declara unilateralmente la nulidad de falló arbitral sobre el litigio con Chile.
Una reunión entre los presidentes J. Videla y Augusto Pinochet en Chile termina en fracaso, cuando el mandatario chileno reafirma enérgicamente la validez del fallo. Durante todo el año aumenta los aprestos bélicos en ambos países y desde los sectores duros de la fuerzas armadas Argentinas se hacen jactanciosas declaraciones.
Hacia fin de año cuando el enfrentamiento parece inminente, el Cardenal Antonio Samore, delegado personal del Papa Juan Pablo II llega con la misión de lograr un avenimiento.
Las organizaciones subversivas, en este caso montoneros, obtienen éxito en uno de sus últimos ataques. El blanco es el almirante Armando Lambruschini, cuya pequeña hija y otras dos personas mueren.
Pero a fines de año, la esperanza tiene un nombre el del prelado enviado por el vaticano para lograr la paz con Chile.
AÑO 1979
Negociaciones por el beagle
El acta de Montevideo, firmada por los ministros de relaciones exteriores de Chile y Argentina, a instancias del Cardenal Samoré, distiende la situación entre ambos países y abre una posibilidad de negociación para resolver el problema del Beagle.
Entonces, se movilizan las tropas y se aleja la posibilidad de una guerra. Las organizaciones guerrilleras comienzan a dar algunos golpes, pero no hay duda de que su capacidad ofensiva está casi anulada. Realizan un atentado contra la casa de Guillermo Klein y contra Juan Alemann, sin lograr sus objetivos. En cambio, consiguen asesinar al empresario Francisco Soldati, en pleno centro de Buenos Aires, y caen 2 agresores.
Informe de la OEA:
En septiembre llega al país la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, la que registra no menos de 5000 “desapariciones”.
El presidente Videla insiste en que se trata de “excesos” o de guerrilleros que se han ido de Argentina. Algunas personalidades contraatacan la inspección de la OEA con una campaña cuyo lema es “ Somos derechos y Humanos”.

AÑO 1980
Desde el poder se emiten señales contradictorias. El presidente Videla anuncia que es inminente el “Tiempo Político”, otros militares, como Galtieri, jefe del ejército, afirman que “las urnas están bien guardadas”. El líder radical, Raúl Alfonsín, replica que hay que para un plumero a las urnas porque “pronto las llenaremos de votos”. Mientras tanto, prosiguen los tiroteos en el seno de las Fuerzas Armadas. En octubre, después de largas deliberaciones, la Junta de Comandantes, designa al General Roberto Viola como sucesor de Videla en la presidencia y anuncia que asumirá su cargo en marzo de 1981.
En tanto, los partidos políticos se van organizando lentamente. Los políticos saben que, pese a las ambiguas declaraciones del gobierno, en algún momento se van a realizar las elecciones.

AÑO 1981
El deterioro del Proceso
El deterioro político y económico del proceso, ya es inocultable. En febrero se realiza en Cuyo una “Jornada de Tristeza Nacional”, que se extiende a otras zonas. Antes de la asunción de Viola, como nuevo presidente, se efectúa una devaluación del 10%.
El proceso sigue a los tumbos y no es solamente oposición política, gremial, y empresaria la que lo acosa, sino sus propias contradicciones.
Después de unos meses de gobierno anodino, en diciembre Viola debe ser internado por un problema cardíaco y Galtieri asume el cargo de presidente.
AÑO 1982
Efectos de la guerra de Malvinas
Este año quedará asociado para siempre en la memoria de los Argentinos con la Guerra de las Malvinas.
El año había empezado con un acto desconcertante: un gigantesco asado al que concurrieron 13000 personas en Victoria (La Pampa), que fue presidido por el general Galtieri y que tenía sabor a campaña electoral.
Pero el 2 de abril el país se conmueve con la noticia de que las tropas Argentinas habían desembarcado en Port Stanley (rebautizado, Puerto Argentino), capital de las Islas Malvinas. Las tropas ocupan la ciudad con una única baja, la del jefe del desembarco, Capitán Pedro Giacchino. La novedad vuelca la situación y una enorme multitud se congrega en la Plaza de Mayo para apoyar el Gobierno.
Contrariamente a lo que esperaba el gobierno argentino, Gran Bretaña se moviliza con una gran tropa, y las tropas argentinas mal entrenadas y mal equipadas, poco pueden hacer frente al despliegue británico, pese al heroísmo de sus soldados y a algunos éxitos de la aviación naval.
El 14 de junio, el general Benjamín Menéndez al mando de las tropas del archipiélago dispone la rendición de sus fuerzas, luego de una rápida visita del Papa Juan Pablo segundo.
La renuncia de Galtieri
El fracaso de Malvinas marca la derrota total del Proceso. La multitud que había aclamado a Galtieri, ahora exige airadamente su renuncia. Después de pronunciar un discurso demencial en el que insinúa que la guerra continuará, Galtieri debe renunciar.
Tras arduas deliberaciones, los comandantes y jefes designan como presidente al General Reynaldo Bignone que tendrá a su cargo la difícil liquidación de Proceso Militar.
Los partidos políticos se niegan a concretar con el nuevo presidente una salida condicionada. Raúl Alfonsín hace un acto en el Luna Park. Antes, se realiza una multitudinaria Marcha por la Vida, convocada por las entidades defensoras de los derechos humanos.
La salida hacia la democracia ya tiene fecha: octubre de 1983. El terrible costo de la recuperación institucional se encuentra en el fondo del mar (los chicos del Manuel Belgrano) o las turbosas tierras de las Malvinas (los soldados y oficiales muertos en las islas).
AÑO 1983
La recuperación de la Democracia
La apertura democrática avanza en forma incontenible. El gobierno de Reynaldo Bignone intenta tomar medidas que garanticen la impunidad de los militares involucrados en la llamada “guerra sucia” y, el 28 de abril, dicta un Acta Institucional que da a los desaparecidos por muertos y remitiendo los “excesos” cometidos al “juicio de Dios”. La medida es repudiada en el exterior y en el interior del país y unas 100 mil personas hacen una manifestación en Buenos Aires. Los partidos políticos anuncian que no considerarán vigente esa autoamnistía. Se procesa y se detiene al almirante Massera involucrado en el crimen del empresario Fernando Branca.
Este año la inflación llega al 430 % y el gobierno crea el “peso argentino”, que equivale a 10 mil “pesos ley”.
La campaña electoral
Los partidos activan los procesos internos. Italo Lúder es proclamado candidato presidencial del justicialismo. En el UCR, Raúl Alfonsín es designado jefe del partido y candidato a presidente. Éste realiza una dura campaña contra el gobierno militar y denuncia un pacto sindical militar. Unos 5 millones de personas se afilian a partidos políticos lo que demuestra el deseo de la participación cívica.
El 30 de octubre se realizan las elecciones después de que el justicialismo y el radicalismo realizan gigantescos actos en la avenida 9 de Julio. En el acto de PJ, transmitido por televisión a todo el país, Herminio Iglesias quema un ataúd con el nombre de Alfonsín, lo que da una pésima imagen.
Con el 52% de los votos triunfa el radicalismo, y el peronismo pierda su histórica hegemonía electoral.
Una de las primeras medidas de Alfonsín consiste en procesar a 7 dirigentes subversivos (Mario Firmenich y Gorriarán Merlo), y a los integrantes de las tres juntas del proceso militar.
Además se forma la CONADEP, comisión encargada de recopilar datos sobre las violaciones a los derechos humanos durante el régimen militar.

Dictadura militar (un resumen de lo que paso)



La dictadura militar en Argentina 
24 de marzo de 1976 - 10 de diciembre de 1983 
El 24 de marzo de 1976 ocurrió lo que muchos esperaban: Isabel Perón fue detenida y trasladada a Neuquén. La Junta de Comandantes asumió el poder, integrada por el Teniente Gral. Jorge Rafael Videla, el Almirante Eduardo Emilio Massera y el Brigadier Gral. Orlando R. Agosti. Designó como presidente de facto a Jorge Rafael Videla. Dispuso que la Armada, el Ejército y la Fuerza Aérea compondrían el futuro gobierno con igual participación. Comenzó el audodenominado "Proceso de Reorganización Nacional". 

José Martínez de Hoz fue designado ministro de Economía y, el 2 de abril, anunció su plan para contener la inflación, detener la especulación y estimular las inversiones extranjeras. 

La gestión de Martínez de Hoz, en el contexto de la dictadura en que se desenvolvió, fue totalmente coherente con los objetivos que los militares se propusieron. 

Durante este período, la deuda empresaria y las deudas externas pública y privada se duplicaron. La deuda privada pronto se estatizó, cercenando aún más la capacidad de regulación estatal. 

Con ese clima económico, la Junta Militar impuso el terrorismo de Estado que, fuera de enfrentar las acciones guerrilleras, desarrolló un proyecto planificado, dirigido a destruir toda forma de participación popular. El régimen militar puso en marcha una represión implacable sobre todas las fuerzas democráticas: políticas, sociales y sindicales, con el objetivo de someter a la población mediante el terror de Estado para instaurar terror en la población y así imponer el "orden", sin ninguna voz disidente. Se inauguró el proceso autoritario más sangriento que registra la historia de nuestro país. Estudiantes, sindicalistas, intelectuales, profesionales y otros fueron secuestrados, asesinados y "desaparecieron". Mientras tanto, mucha gente se exilió. 




Algunas acciones del nuevo gobierno: 

Suspende la actividad política 
Suspende los derechos de los trabajadores. 
Interviene los sindicatos. 
Prohíbe las huelgas. 
Disuelve el Congreso. 
Disuelve los partidos políticos. 
Destituye la Corte Suprema de Justicia. 
Interviene la CGT. 
Interviene la Confederación General Económica (CGE). 
Suspende la vigencia del Estatuto del Docente. 
Clausura locales nocturnos. 
Ordena el corte de pelo para los hombres. 
Quema miles de libros y revistas considerados peligrosos. 
Censura los medios de comunicación. 
Se apodera de numerosos organismos. 





La censura 

Comunicado N° 19, 24/03/76 
Se comunica a la población que la Junta de Comandantes Generales ha resuelto que sea reprimido con la pena de reclusión por tiempo indeterminado el que por cualquier medio difundiere, divulgare o propagare comunicados o imágenes provenientes o atribuidas a asociaciones ilícitas o personas o grupos notoriamente dedicados a actividades subversivas o al terrorismo. Será reprimido con reclusión de hasta diez años, el que por cualquier medio difundiere, divulgare o propagare noticias, comunicados o imágenes, con el propósito de perturbar, perjudicar o desprestigiar las actividades de las Fuerzas Armadas, de Seguridad o Policiales. (Diario "La Prensa", 24 de marzo de 1976). 





Los "subversivos" 

El término "subversión" englobaba a las organizaciones guerrilleras -prácticamente ya extinguidas en marzo de 1976- pero también a los activistas o simpatizantes de cualquier movimiento de protesta o crítica social: obreros, universitarios, comerciantes, profesionales, intelectuales, sacerdotes, empresarios y más... No hubo "errores" ni "excesos", sino un plan deliberado. (Historia Visual de la Argentina contemporánea, Clarín, El "Proceso" Militar). 





La guerra sucia 

La "desaparición" fue la fórmula más siniestra de la "guerra sucia": el "objetivo" era secuestrado ("chupado" por un comando paramilitar ("grupo de tareas" o "patota" donde, convertido en un número y sin ninguna garantía legal, quedaba a merced de sus captores. La desaparición de personas fue un programa de acción, planificada con anticipación, estableciéndose los métodos por los cuales llevarlo a la práctica: arrojando a los "desaparecidos" al Río de la Plata (previa aplicación de sedantes) desde aviones o helicópteros militares y en fosas comunes; fusilamientos y ocultamiento de cadáveres, sin ningún tipo de identificación. 





La represión ilegal 

La dictadura de 1976 completó y profundizó el esquema de persecución y exterminio que comenzara sistemáticamente con la Triple A, liderada por Lopez Rega. 
Distribución de desaparecidos según profesión u ocupación 

Obreros......................................................................................... 30,0% 
Estudiantes................................................................................... 21,0% 
Empleados.................................................................................... 17,8% 
Profesionales................................................................................. 10,7% 
Docentes....................................................................................... 5,7% 
Conscriptos y personal subalterno 
de las Fuerzas de Seguridad........................................................... 2,5% 
Amas de casa............................................................................... 3,8% 
Autónomos y varios........................................................................ 5,0% 
Periodistas.................................................................................... 1,6% 
Actores y artistas........................................................................... 1,3% 
Religiosos..................................................................................... 0,3% 

(Informe de la Conadep, Nunca Mas, Eudeba, 1984) 





La tortura 

Todos estaban incluidos en la categoría de "enemigos de la nación". La metodología implementada consistió en la desaparición de personas, las cuales en realidad eran llevadas a centros clandestinos de detención, operados por las FFAA., donde se los sometía a interrogatorios basados en tormentos físicos. 





Los campos de detención 

Se levantaron centros clandestinos de detención y torturas. En estos laboratorios del horror se detenía, se torturaba y se asesinaba a personas. Se encontraban en el propio centro de las ciudades del país, con nombres tristemente famosos, como la ESMA, el Vesubio, El Garage Olimpo, El Pozo de Banfield o La Perla. Existieron 340 distribuidos por todo el territorio. Locales civiles, dependencias policiales o de las propias fuerzas armadas fueron acondicionados para funcionar como centros clandestinos. Estas cárceles clandestinas tenían una estructura similar: una zona dedicada a los interrogatorios y tortura, y otra, donde permanecían los secuestrados. Ser secuestrado o "chupado", según la jerga represora, significaba ser fusilado o ser arrojado al río desde un avión o helicóptero. 





Los desaparecidos 

Debido a la naturaleza, una desaparición encubre la identidad de su autor. Si no hay preso, ni cadáver, ni víctima, entonces nadie presumiblemente es acusado de nada. (Amnistía Internacional, en su informe sobre la desaparición de personas por motivos políticos). 
Hubo miles de desaparecidos: la Conadep constató más de 9.000 casos. Los organismos de derechos humanos hablan de más de 30.000. 





Apropiación de chicos 

Además del secuestro de adultos, hubo un plan sistemático de apropiación de niños. Los niños robados o que las madres parían en los centros de detención fueron inscriptos como hijos propios por muchos miembros de la represión, vendidos o abandonados en institutos. 
Durante la dictadura, los militares consideraban que los hijos de los desaparecidos debían perder su identidad. Por eso los hacían desaparecer y los entregaban a familias de militares. Ellos pensaban que la subversión era casi hereditaria o que se trasmitía a través del vínculo familiar. De la misma forma que a los hijos de desaparecidos se intentó quitarles su familia, a la sociedad en general se intentó quitarle esos antecedentes que, como los padres de esos chicos, eran considerados subversivos. (Diario "Página 12", 10 de diciembre de 1995) 





La noche de los lápices (16/9/76) 

La operación conocida como la “Noche de los lápices”, que se desarrolló entre agosto y octubre de 1976, implicó el secuestro y desaparición de estudiantes secundarios de la ciudad de La Plata, que habían luchado en defensa de un boleto estudiantil. 





Madres de Plaza de Mayo 

El grupo Madres de Plaza de Mayo nació en 1977, integrado precisamente por madres de desaparecidos, cuya lista engrosaron también algunas de sus fundadoras. Se convirtieron en el más activo sector de oposición al gobierno. 





Desindustrialización 

La pequeña y mediana empresa fue sacrificada en el altar de la eficiencia, iniciándose un proceso de acelerada desindustralizacion, ante la imposibilidad de competir con productos provenientes del exterior. La aplicación de las recetas neoliberales no resolvió, sino que profundizó los problemas económicos. 





Especulación 

A comienzos de 1977, el ministro de Economía, José Martínez de Hoz, inició un experimento monetario, denominado "la tablita". Fue un sistema de devaluaciones preanunciadas que, sumado a la "ley de entidades financieras" de junio de ese año (que liberó el mercado de dinero y dio garantía estatal a los depósitos a plazo fijo), dio comienzo a la especulación o "bicicleta financiera". 





La plata dulce 

La dictadura implementó un plan basado en el liberalismo monetario, que era apoyado por bancos extranjeros y organismos internacionales. El funcionario encargado de cumplir el plan económico de los militares fue José Alfredo Martínez de Hoz. Puso fin al Estado intervencionista, a la protección del mercado interno y al subsidio a empresas. Se congelaron los sueldos. Dejó actuar al mercado libremente. Los resultados finales fueron desastrosos. Hubo un gran endeudamiento externo, las industrias quebraron y, al finalizar la dictadura, se desató la inflación. 





El conflicto del Beagle 

Las cuestiones limítrofes entre la Argentina y Chile estuvieron condicionadas por las circunstancias políticas imperantes en cada país. Bajo regímenes dictatoriales en ambas naciones, las diferencias fronterizas estuvieron a punto de derivar en una guerra abierta. En 1978, luego de que la Argentina rechazó el fallo arbitral británico, el conflicto por el Beagle alcanzó su punto más álgido. El 8 de enero de 1979, la Argentina y Chile firmaron el Acta de Montevideo, que sometía el entredicho a la mediación del Papa. Finalmente, la propuesta papal, conocida a través del cardenal Antonio Samoré, se dio a conocer el 12 de diciembre de 1980 y fue aceptada por la Argentina en 1984 después de una consulta popular no vinculante, en la que el "sí" al acuerdo se impuso por un amplio margen de votos. (Historia Visual de la Argentina contemporánea, Clarín, La Política Exterior) 





El Mundial '78 

El triunfo final de la selección argentina en el Mundial de Fútbol ha supuesto que la Junta Militar que dirige el Gral. Videla haya cubierto con creces los objetivos que se propuso al emprender la organización del campeonato. Durante 25 días, los problemas del país argentino han pasado a un segundo plano y el título mundial conseguido por su selección los mantendrá oculto por más tiempo aún. (Diario "El País", junio de 1978) 





1982: La guerra de las Malvinas 

En medio de la crisis política, económica y social del régimen militar, sorpresivamente el 2 de abril de 1982, tropas argentinas recuperaron las islas Malvinas. Tras frustrados intentos diplomáticos, la fuerza de tareas británica llegó al Atlántico sur y comenzaron las hostilidades. Con hitos como el hundimiento del crucero "General Belgrano" -que produjo 322 muertos- y del destructor británico "Sheffield", la guerra concluyó el 14 de junio, con la rendición argentina. La derrota marcó el derrumbe político del régimen. El regreso de los soldados arrojó luz sobre las sospechas de lo que habían padecido, sin los pertrechos y el entrenamiento suficientes para enfrentar a los británicos. Para defender las islas del ataque de ingleses bien entrenados y equipados, la junta militar procedió a reclutar jóvenes argentinos, sin instrucción militar, la mayoría de los cuales provenía de provincias pobres del interior del país. La derrota catastrófica de Malvinas y el conocimiento de la muerte de centenares de jóvenes argentinos (más de 600), deterioraron el frente militar, pero sobre todo, la reputación del ejército, al cual se consideró como mayor responsable del desastre.